DESARROLLO INTEGRAL

El Desarrollo Integral responde a una evolución natural dentro del ámbito del Desarrollo Humano. Este nuevo modelo de desarrollo contempla todos los sistemas de conocimiento del mundo, tanto orientales como occidentales, participando tanto del legado de las Tradiciones Espirituales como los descubrimientos de la Nueva Ciencia.

El Desarrollo Integral puede aplicarse en todos los campos de la experiencia humana, especialmente en el en el ámbito del desarrollo y expansión de la conciencia.

Integral significa comprehensivo, equilibrado e inclusivo. Una forma de evolución consciente que moviliza todas las dimensiones de nuestro ser. Esto implica el cultivo del cuerpo, la mente y el espíritu, en el individuo, la cultura y la naturaleza.

Este nuevo paradigma de desarrollo es una invitación a una nueva manera de “vivir plenamente”, una nueva forma de existencia humana verdaderamente integral y coherente.

El propósito de la Escuela para el Desarrollo Integral es el de ofrecer formaciones y actividades que incluyan los cuatro módulos esenciales.

Estos módulos esenciales pueden ser acompañados, además, de otras prácticas que se consideren apropiadas en cualquier ámbito de nuestra vida, áreas donde sintamos la necesidad de aplicar consciencia y desarrollo. A estos ámbitos podemos llamarlos módulos auxiliares.

Entre otros, podríamos señalar el módulo de la ética, el trabajo, el dinero, la comunicación, la creatividad, las relaciones íntimas, la sexualidad, la familia y el parentaje, la comunidad, la naturaleza, y hasta el módulo del “alma” (viajes iniciáticos, mística, soledad).

Uno de los módulos complementarios especialmente significativo es el módulo de la ética integral, a fin de cuentas ¿qué sentido tendría nuestra práctica si no llega a reflejarse en nuestra vida y en nuestras relaciones cotidianas?

La ética del respeto y la bondad no responde a determinados patrones culturales, sino que nos señala directamente a nuestra “intuición moral básica”.

Más allá de la ética convencional, más allá de la ética “del bien y del mal”, la ética integral consiste en el ejercicio de la bondad en nuestra vida cotidiana.